El alfabeto ¿ puede alterar lo que recordamos y lo que sabemos ? Theuth estaba orgulloso de su invento, entonces lo llevó ante Tamus, rey de Egipto. La escritura aumentará el conocimiento, también ayudará a que todos recuerden. Los seres humanos llegarán a ser más sabios, insistía Teuth. Sin embargo, el rey Tamus lo vio de otra forma. Lo escrito acabará desplazando al discurso vivo y, además, los humanos solo tendrán una apariencia de saber, no la verdadera sabiduría. Platón lo dijo, escribió esta historia para advertir de los riesgos de la escritura. Al igual que la pintura, las palabras escritas hablan, nos hablan, pero ellas no piensan (Fedro, 274E-275E). Los argumentos a favor y en contra de las innovaciones técnicas son bien conocidos desde antiguo, pues algunas formas de adquirir conocimientos acaban por influir en el conocimiento en cuanto tal. Un medio determinado puede condicionar la extensión y la calidad de la información, Platón ya advirtió de ello. Hoy, en una época postliteraria, como algunos la han denominado, la cuestión va más allá de la escritura y de sus posibles limitaciones, puesto que la información online acrecienta el poder y, también, la fragilidad de un universo compuesto por escritores, libros, bibliotecas y lectores. De hecho, la información circula de manera bien distinta en los canales habituales y en el ciberespacio. Hay mas información disponible online, sin embargo todavía está por valorar su calidad. Internet aporta otra dimensión a los sistemas tradicionales para producir y adquirir conocimiento, no cabe duda, ahora bien ¿podría reemplazar a estos sistemas?
A día de hoy, el tema suscita más preguntas que respuestas. La Ética aplicada en Internet puede ofrecer una perspectiva bastante completa sobre las ventajas y las desventajas de la información por ordenador. En primer lugar, los debates éticos se benefician de un espacio abierto al intercambio de datos y a la formación de ciertos acuerdos sobre temas prácticos. La comunicación online puede mejorar la eficiencia en un campo como éste, en el cual expertos y no expertos tienen que habérselas con casos difíciles. La posibilidad de un dialogo ético a escala internacional y global – los debates en la Bioética actual son un ejemplo – es un argumento de peso en favor de una información compartida y, a ser posible, la difusión de buenas prácticas, más accesibles ahora gracias a las nuevas tecnologías. En segundo lugar, las decisiones podrían ser conocidas y, en su caso, justificadas más allá del ámbito concreto de un comité ético, una institución, los agentes que estén implicados en una cuestión ética. Webs, blogs, bases de datos, encuestas y, de manera general, los recursos online ofrecen transparencia, mayor transparencia para la deliberación ética. Pero este tipo de deliberación ha de seguir también ciertas normas. Reglas, derechos son esenciales allí donde están en juego el cuidado de la salud, la calidad de vida, el bienestar de los individuos. La Bioética es el mejor exponente de todo que hubo que luchar en favor de las buenas practicas y contra las malas prácticas en el ámbito clínico y en la investigación científica. En consecuencia, la deliberación práctica requiere también de un marco normativo y de un nivel adecuado de gobernanza. Pero gobernar el ciberespacio resulta complicado, por tal razón una e-Ética significa un avance en este campo y, al mismo tiempo, supone un desafío para los individuos y para las instituciones.
El libro se ocupa de las dimensiones teóricas y de algunos aspectos prácticos de la Ética online. Es cierto que la investigación y la difusión de resultados en el área están cambiando con rapidez, por eso mismo los estilos de enseñanza y aprendizaje también han de adaptarse al nuevo entorno. En este momento, las Universidades europeas se encuentran en un proceso de cambios en la enseñanza superior. Por tal razón, el intercambio de información y de recursos ha llegado a ser esencial. Así nos lo parece, tanto al Grupo de Ética de la Universidad de Salamanca como al Laboratoire d´Ethique de la Universidad Paris-V. La colaboración en los años anteriores ha sido positiva, trabajamos en un Proyecto Europeo coordinado por el Profesor Ch. Hervé. Aquella experiencia nos ha animado a continuar intercambiando ideas. Hemos debatido temas de Ética en francés, en español y en ingles, siendo conscientes de que una Ética global, para ser realmente global, ha de ser también local. Por tanto, el libro intenta ser plural y es plurilingüe.
Los artículos se ocupan aquí de temas como el acceso abierto a la información científica, en especial en el campo de la Ética médica (N. Duchange), argumentos a favor de una Ética online y, a la vez, argumentos sobre sus limites en la deliberación práctica (M.T. López de la Vieja), las preguntas que plantea la biblioteca de Babel (A. Molina, C. Arroyo), el criterio de transparencia en las decisiones sobre el final de la vida y la donación de órganos (D. Rodriguez-Arias), así como los usos de las TIC en un mundo más ecológico (C. Velayos). También se consideran aspectos prácticos del nuevo entorno de enseñanza y aprendizaje online, entre la educación a distancia y el modelo mixto o blended learning (M.T.López de la Vieja), cómo preparar y publicar artículos sobre Bioética (D. Rodríguez-Arias), los recursos que permiten compartir información para la enseñanza y la investigación (A. Molina, C. Arroyo) y (J-Ch. Coffin).
Para este proyecto, tuvimos reuniones en Salamanca y en Paris, contamos el apoyo de una Acción Complementaria del Ministerio Español de Ciencia e Innovación, también de la AECID y, claro está, con la buena acogida de las dos universidades, Salamanca y Paris-V. Gracias al editor, ahora los debates pueden seguir adelante, ya que las palabras escritas no pueden pensar por si solas, tal como Platón constató. Pero la escritura puede suscitar interés y siempre invita al dialogo. Lo mismo vale para la Ética online, e-Ética, ya que ofrece más espacio para la palabra escrita y, quizás, contribuye a que ésta tenga más eco en el ciberespacio, un espacio muy habitado.

Dra. Dª Mª Teresa López de la Vieja
Edificio FES; Campus M. de Unamuno, Universidad de Salamanca, Salamanca 37007, España

Bibliografía