El pasado día 20 de noviembre, una inquietante noticia aparecida en El País relata la muerte de Carine, mujer belga de 43 años que había padecido un accidente cerebrovascular, y que fue donante de hígado, riñones y páncreas pocos minutos después de que sus médicos le provocaran su muerte, a petición suya, en enero de 2005. Lo novedoso de esta noticia no es que alguien haya muerto por eutanasia, práctica legal y relativamente frecuente en Bélgica. Ni siquiera que una persona haya sido donante de órganos tras haber sido declarada muerta por criterio cardíaco (y no por encontrarse en muerte encefálica, como suele ser el caso en la mayoría de los donantes cadavéricos). Lo realmente novedoso de este caso es que ambas circunstancias se dieran simultáneamente. ¿Debe preocuparnos que la donación de órganos se asocie a la práctica de la eutanasia?

Iván Ortega, enfermero de urgencias y jurista, abre una serie de comentarios sobre la noticia, con unas reflexiones muy agudas y estimulantes. Animamos a tod@s a que reaccionen con más comentarios.

 

En España, los donantes declarados muertos por criterio circulatorio generalmente son pacientes que padecen un paro cardíaco repentino y son llevados al hospital en calidad de donantes, tras haber intentado, sin éxito, maniobras convencionales de reanimación. El carácter repentino e imprevisto de la parada cardíaca hace que estos protocolos se denominen "protocolos de donación tras parada cardíacano controlada". Los problemas éticos de estos protocolos han sido comentados en un anterior post en Dilemata. Sin embargo, ya existe un hospital en España que a comenzado a realizar extracciones de pacientes cuyos corazones se pararon tras una limitación del esfuerzo terapéutico. En estos casos, la parada cardíaca es controlada, lo que hace que se denominen "donación tras parada cardíacacontrolada". El carácter novedoso del caso relatado por la noticia de Carine, es que ella murió por una parada cardiaca controlada, y causada, no por la interrupción de las medidas que la mantenían en vida, sino por la inyección de una combinación de sustancias que causaron su muerte. Es decir, no por una limitación del esfuerzo terapéutico (eutanasia pasiva), sino por una eutanasia activa.

Es oportuno preguntarse qué es lo que hace que esta noticia resulte perturbadora, si es que en efecto esa es la impresión que nos causa. Debemos identificar las causas de la posible preocupación que puede generar este caso y el fundamento de la misma.

 

Comentarios


Unas reflexiones desde la ética a pie de paciente (por Iván Ortega Deballón)

Lunes, 28 Noviembre 2011 16:45
David Rodríguez-Arias

(Escrito por Iván Ortega) Respecto al artículo "Carine se deja morir", unas reflexiones desde la "ética a pie de paciente" ¿desde la trinchera, quizás?, que no pretenden repercusión alguna más que servir para el debate... Por cierto, como suele ocurrir en esto, muchas más preguntas que respuestas. No sé si, como en la mayéutica, en la pregunta encontraremos alguna respuesta.

La primera, empezando, como casi todo en la vida, por el principio; por el título. Sí; ya sé que es una licencia del periodista. Por cierto licencia éticamente irreprochable, pues es él (o ella) quien escribe y suscribe lo que describe... y por ende quien titula. Pero... ¿"Carine se deja morir"?...

No pretendo hacer hermenéutica del texto. Ni siquiera analizar desde un punto de vista jurídico, sería precioso y creo que preciso, aunque no ahora, lo que diferencia la acción de lo que es omisión; la comisión por omisión, la posición de garante; o lo que es la colaboración necesaria y el auxilio ejecutivo... Nada de eso, de acuerdo. Pero desde el sentido común... parece que Carine, bien por las circunstancias, bien por la situación concreta de salud, implora dimitir de la vida... pero no se deja morir. ¿Se deja, quizás, matar?

Cito:  Carine está impedida desde que sufrió un accidente cerebrovascular. Durante un año luchó por recuperar su antigua vida, pero ya no espera ni curación ni mejoría. Desea morir, aquí, en la clínica, a manos de un médico. "Quiero liberarme de mi cuerpo. Ya no funciona", le dijo dos días antes de su muerte a su doctor de cabecera.

Me pregunto:  ¿Carine, pues, se DEJA morir?. A veces, en ética, las palabras lo son todo...

Cito:Una práctica permitida siempre que se cumplan estrictos requisitos legales, pero el caso de Carine es especial. No solo quiere morir, sino que quiere donar sus órganos. Por eso pasa sus últimas horas en la clínica y no en casa. Recibirá la inyección letal en el quirófano.Me repregunto:¿Pedir morir y dejar expresado qué hacer después con sus órganos (que sirvan para intentar dar vida) es éticamente diferente que pedir morir sin más?. Si distinto es; ¿en qué sentido?. ¿Quizás "mejor"?. ¿Quizás "peor"?. ¿Por qué?Y su caso es una novedad mundial. Nunca antes los médicos habían quitado la vida a un paciente e inmediatamente le habían extraído órganos. ¿No habíamos quedado en que era Carine quien se dejaba morir?. ¿Se deja morir y, unas líneas después, le van a quitar la vida los médicos?. Por cierto: ¿nunca antes los médicos habían quitado la vida a un paciente e inmediatamente le habían extraído los órganos?. Lo siento: se hace por todo el mundo a diario. Son los donantes tras muerte cardíaca controlada. Se les provoca la muerte por criterios circulatorios (parada cardíaca), bien porque habían dicho que en la situación clínica en la que se encuentran es lo que desean, bien porque sus familiares o allegados, actuando como portavoces legitimados ex lege (¿legítimos?) así lo deciden al habla con los profesionales sanitarios. Por cierto, esa retirada o cese de medidas de soporte vital (Limitación de técnicas de soporte vital, LTSV o limitación del esfuerzo terapéutico, LET) se hace ya en España... y, dicho sea de paso, en el marco de la muerte controlada por criterios circulatorios (o muerte cardíaca) se hace por y para la donación de órganos (Donantes del 'Tipo Maastricht III').La cuestión, la diferencia única pues, es que ese tipo de Muerte controlada, "teleológicamente donativa" sólo es planteada en "situaciones de daño cerebral muy grave"...¡Bravo!Aquí he llegado, yo solito, no necesariamente CON-TIGO (pues podemos reflexionar y llegar a conclusiones distintas). Pero, personalmente me pregunto a continuación: ¿cómo modulamos, nosotros, los que no-somos-paciente-enfermo-doliente-sufriente qué es daño cerebral muy grave?. Me intento imaginar a Carine, cada mañana sentada en su sillón, sin hacer "Nada"; golpeándose la cabeza con las puertas y muros de su casa; sin equilibrio; sin agudeza visual; medio cuerpo paralizado... y no soy capaz. Porque en mi vida no he estado así ni cinco segundos.Cito:Vincular la muerte de un paciente con una extracción de órganos rompe un tabú mundial. ¿Qué supone el hecho de que se vea en una persona dependiente un posible donante de órganos? ¿Qué significa tolerar algo semejante?Y me empiezo a plantear al leerlo si me he perdido algo... Como cuando una trama en el cine cambia en los minutos en que tu mente estaba a otras cosas... ¿Quién ha vinculado la muerte de Carine con la extracción de órganos?. Si la muerte de Carine hubiese sido una muerte natural, no estaríamos cumpliendo sino su testamento vital o directrices previas o voluntades anticipadas (elíjase la nomenclatura que se prefiera a la sazón), por cierto impecablemente reguladas en el artículo 11 de la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente, ley básica reguladora y de ámbito estatal, desarrollada posteriormente en las diferentes comunidades autónomas de España, por citar sólo nuestro entorno.¿Entonces?. ¿Como Carine pidió que le quitaran la vida, pero añadió que quería ser donante, ahora resulta que el buenismo (malismo según se sugiere) del acto médico es por haber cumplido su voluntad post mortem? ¡Átenme esa mosca por el rabo... que yo no la cazo!

Cito: En España, los equipos de rescate llevan a personas desahuciadas a clínicas donde se les sigue reanimando para salvar sus órganos.

Afirmo (esto no es opinión): ¡FALSO!. ¿Sabéis por qué?:1º.- No todos los que "nos hacen llevar" (porque no estamos de acuerdo en llevarlos, aunque esto es otro cantar de otra melodía mucho más larga... llamada "objeción de conciencia a los protocolos") están desahuciados médicamente, sino que el protocolo nos hace manejarlos como desahuciados... ¡sin serlo necesariamente siempre!2º.- No se les sigue reanimando para salvar sus órganos. Se les deja de reanimar y se pasa a preservar sus órganos, para salvar a estos (aunque a veces esto supone no salvar al paciente, pudiendo haberlo hecho)
Cito:Patrick Cras es el médico que ha puesto fin a la vida de Carine.¿No era el título "Carine se deja morir"?. Vaya; parece ser que ahora... ¡le han dado muerte!
Cito: Ahora, dos días antes de su muerte, [Carine] dice: "Esto no es vida, es el infierno". Pero ¿se puede quitar la vida a una persona desesperada por su discapacidad? La ley de eutanasia belga no descarta esa posibilidad.Me planteo: ¿Entonces?. Sigo sin entender, en Bélgica que es donde ocurren los hechos, dónde está la noticia y... por qué este secretismo. ¿Por qué a un caso más de eutanasia, en un país con años de tradición en la misma, se añade el ingrediente de que se han cumplido sus voluntades anticipadas de ser donante de órganos?. ¿No será que nos chirría que una persona CONSCIENTE y conectada con el entorno, orientada en las tres esferas: espacio, tiempo y lugar, pida dimitir de la vida?. Ah, amigos y amigas... si es así, cuánta ambigüedad en torno a la eutanasia. ¿Creíamos que países como Holanda y Bélgica, con tradición eutanásica tan dilatada, no estaba ampliando los criterios de aplicación de una "buena muerte deseada"?.Ahora que levante el dedo el que pueda convencer a Carine de que su vida merece la pena ser vivida... ¿Sería todo más fácil-entendible-evidente-aceptable-correcto si Carine no estuviese-fuese plenamente consciente?. Carine está consciente, pero ¿es consciente de lo que es vivir?. ¿Qué es vivir-conscientmente?.

Cito: Ahora bien, si se trata de un paciente no terminal hay que cumplir unos requisitos estrictos.Matizo:El paciente, perdonadme este matiz enfermero, no es "terminal o no terminal". Como "artistas del cuidado" que somos y nos sentimos los profesionales de enfermería, no podemos digerir ciertas expresiones. Repito, lo dije más arriba, que, a veces, en bioética, las palabras lo son todo... Terminales hay en los aeropuertos, en las estaciones de tren, en las redes de telefonía o informática... pero los pacientes NO SON TERMINALES. Su enfermedad, lo que es muy diferente, puede encontrarse en situación, fase o estado de terminalidad... (Gracias por permitirme la licencia, pero me parece importante reseñarlo)

Cito: El enfermo debe estar plenamente capacitado para tomar decisiones, sufrir de forma insoportable, sin esperanza de mejoría, y debe expresar su deseo de morir reiteradamente. Además, todo eso debe ser verificado por tres médicos (solo dos, en caso de enfermedad mortal).Y añado:De todos los "requisitos", me permitiréis que os diga... ninguno es objetivamente constatable. ¿Quién está plenamente capacitado para tomar decisiones?. ¿Cuándo sí; cuándo no?. ¿Qué es sufrir de forma insoportable?. Es más, sin demagogias, ¿qué es sufrir?. Nada más difícil de cuantificar en la asistencia a personas que el dolor, que sólo es un elemento, uno más, del sufrimiento... La OMS dice que nada hay más intrínsecamente versátil que el umbral de dolor. Cada individuo tiene el suyo... El dolor es una sensación/vivencia absolutamente personal e intransferible. No digamos ya el sufrimiento... El calificativo "insoportable", en mi opinión, sólo viene a complicar aún más las cosas...

Cito: [Después de narrar el periodista altibajos emocionales en la cronología vital y vivencial de Carine, añade:]Ahora, Wyffels [el médico] está convencido de que quiere morir.Añado:¿Hic et nunc?. ¿Ahora sí?. ¿Ahora sí y ayer no?. ¿Y mañana, cuando ya le haya provocado la muerte?. Fíjense el matiz: el que está convencido es el profesional sanitario. ¿Lo estará, también, Carine?...

Cito:Pero, al plantear también la donación de órganos, el caso de Carine es demasiado delicado como para seguir adelante solo con dos votos afirmativos.Y me sigo preguntando... ¿por qué?. ¿De qué "conflicto de intereses" se puede hablar cuando un paciente mayor de edad, consciente, libre y voluntariamente manifiesta expresamente que desea ser donante?

Cito: Cras le inyectó primero un medicamento para narcotizarla. Pero las cosas no salieron como estaba previsto. Carine se dormía, pero volvía a despertar... en presencia de sus allegados. "Esa lenta sedación dio pie a una emotividad...". Cras no termina la frase. "No deberíamos haberlo hecho así y quizá nunca volvamos a hacerlo así".Y termino: como persona (ser humano, pues), como profesional sanitario enfermero, como bioeticista y como jurista (y... ¡por este orden!) me pregunto qué quiso decir Cras con "No deberíamos haberlo hecho así y quizás nunca volvamos a hacerlo así". ¿El qué, Cras?; ¿A qué te referías en concreto...?; ¿El proceso?; ¿El instante?; ¿La acción?; ¿La motivación o voluntad de...?; ¿La decisión?... ¡Qué lástima que nunca lo sabré!. Sólo sé que deseo que Carine haya descansado, por fin, en paz. Y siento no poder decir lo mismo de Cras (y quizás de tantos otros)