El caso del ambientalismo, en particular la controversia entre población y contaminación es un ejemplo de los dilemas que se presentan al considerar la relación entre la ingeniería y la sociedad y el tipo de medidas tecnológicas que se pueden adoptar para su solución. En este caso, el dilema no surge en el momento de la aplicación sino desde el momento mismo de su diseño.

Hacia 1970, el movimiento ambientalista dio origen a una postura distinta con respecto a la tecnología, en la cual se hizo énfasis en la importancia de que los ciudadanos tuvieran más control en las decisiones tecnológicas, desde su diseño hasta su aplicación y seguimientos, con el fin de poder elegir la tecnología de acuerdo a sus expectativas. Esto marca una diferencia importante respecto a otros movimientos previos que estuvieron orientados hacia la renuncia o el abandono de la tecnología.

El caso del ambientalismo, en particular la controversia entre población y contaminación es un ejemplo de los dilemas que se presentan al considerar la relación entre la ingeniería y la sociedad y el tipo de medidas tecnológicas que se pueden adoptar para su solución. En este caso, el dilema no surge en el momento de la aplicación sino desde el momento mismo de su diseño.

La contaminación del aire debido a las emisiones contaminantes que producen los automóviles tiene dos soluciones equivalentes a nivel ambiental, es decir, para que las emisiones contaminantes en un volumen dado de aire se reduzcan a la mitad, se puede reducir a la mitad el número de fuentes de emisión, conservando la tecnología existente o se puede modificar la tecnología para que la emisión por fuente se reduzca a la mitad. Así, en una ciudad, las emisiones contaminantes pueden disminuirse si se reduce la población a la mitad, lo que daría la circulación de menos automóviles. En términos ambientales, el resultado sería equivalente a promover el uso de dispositivos, que reducen las emisiones en cada fuente, es decir, el efecto final es que las emisiones contaminantes se reducen, aunque la causa de dicha reducción es distinta.

Si bien puede considerarse que este tipo de medidas son equivalentes desde el punto de vista técnico, las alternativas propuestas son muy distintas desde el punto de vista ético-político: no hay equivalencia entre las políticas para promover el uso de un dispositivo en un automóvil y las políticas encaminadas a reducir la población, por ejemplo, aquellas que limitan el número de hijos por pareja.

Cada una de las opciones mencionadas involucran una aproximación tecnológica distinta de acuerdo a la medida elegida y no simplemente una confrontación entre tecnología y sociedad (como muchas veces se ha planteado en la dicotomía sí o no a la tecnología).

En este ejemplo, ninguna de las opciones niega el uso de la tecnología, más bien se trata de una elección entre alternativas que tienen consecuencias políticas diferentes, más allá del ámbito meramente tecnológico. La pregunta es ¿cuál es la aproximación tecnológica más adecuada? En este caso, la equivalencia técnica de las alternativas destaca un hecho importante que han aportado los estudios sobre la ciencia y la tecnología: la elección entre alternativas tecnológicas tiene una dimensión ético-política, que define la elección no en función de su eficiencia técnica o económica sino del ajuste de la opción tecnológica elegida con los intereses y creencias de los diversos grupos sociales que influyen en el proceso de toma de decisiones.

Para ver más:

Feenberg: http://www.sfu.ca/~andrewf/demspanish.htm