Por Soledad Arnau Estimadas todas y todos:Las claves se encuentran en los conceptos de dignidad, entiendo que, fundamentalmente, la intrínseca y, en la diversidad… Pero también, en el de reconocimiento.Es curioso :-). La diversidad es el elemento primigenio de la riqueza humana, en sentido de pluralidad. Y, al mismo tiempo, es la otra cara de la misma moneda, dicha pluralidad, manifiesta riqueza, pero también simboliza fragilidad y vulnerabilidad.Sufrimos un proceso de "deseo de homogenización" muy fuerte, con lo cual, perdemos el horizonte normativo de la diversidad y, concebimos la fragilidad o vulnerabilidad como manifestaciones degradantes de la condición humana, lo cual, desemboca en una falta de reconocimiento, una falta de respeto hacia el/la otro/a a quien no reconocemos (sólo "lo reconocemos" como distante y distinto, desde nuestra posición egocéntrica/etnocéntrica y, por tanto, la/lo devaluamos, porque no es coherente con el proceso de homogenización).Debe ser que la homogenización, el sentirnos parte de algo… de una sociedad, de un canon de belleza determinado…, nos hace sentir protección o sosiego…, se me ocurre.Tenemos un sentido muy fuerte de que "todo debe existir por algún motivo", con lo cual, en el caso de las capacidades humanas se convierte en algo importante porque es el medio como para llegar a determinadas metas: de desarrollo cognitivo, individual, social y cultural… Por ello, comparto con Paco Guzmán el tema de la importancia de las capacidades no va a morir en ningún momento, sino que se va a readaptar, en todo caso, como lo hace por ejemplo el sexismo…Abrazos,Soledad Arnau   Por Paco Guzmán   Paco Guzmán Entiendo la capacidad como una actividad orientada a un propósito que cumple un objetivo establecido. Casi todo el mundo tiene capacidades, latentes o manifiestas, y depende de cada cual el modo o manera de desarrollarlas para aprovechar su potencial, o incluso no hacerlo y dedicarse a otras cosas para las que, en principio, puede aparecer que no está capacitado. Creo que es una elección muy personal que depende de la trayectoria vital de cada uno/a, y que no tiene por qué estar sujeta al juicio público.El capacitismo ("ableism" en inglés donde se acuñó el término) es el conjunto de creencias, procesos y prácticas que establecen una manera de entenderse a uno mismo, el propio cuerpo y su relación con los demás y su entorno, basado en los particulares atributos o capacidades. Bajo este capacitismo se promueve un conjunto de capacidades que se estiman valiosas y que permiten hacer juicios sobre la dignidad de la vida de otras personas; en este sentido el capacitismo se parece al racismo, al sexismo, etc. Este conjunto puede variar a lo largo de la historia y ser distinto en distintas sociedades, pero sea cual sea, impondrá, de una manera o de otra, la obligación, el deseo y/o la exclusión a quienes no satisfagan dicho conjunto de capacidades. Y siempre habrá gente que en algún momento no satisfaga dicho conjunto.Por fortuna o por desgracia, creo que el capacitismo, tome las formas que tome, siempre será algo inherente a la sociedad humana pero, afortunadamente, también es algo que siempre se puede poner en cuestión, tal y como ocurre con las relaciones de poder que investigaba Foucault, de hecho es muy posible que el capacitismo funcione como una relación de poder más. Veo el capacitismo como un tema que, lejos de desaparecer, sobrevivirá a lo largo de los siglos tomando diferentes formas. Por ello mismo tiene que estar continuamente sometido a crítica.Como dice Javier el concepto de dignidad emanado del modelo de la diversidad, de momento es instrumental y situado en el contexto de la interpretación actual de los derechos humanos. Herramienta práctica para el activismo, igualmente situado, en su labor necesaria de detectar situaciones en las que se menoscaba la dignidad de las personas. Pero como dice Soledad le puede venir bien mayor desarrollo para adquirir más consistencia.La dignidad, tiene que ver con el respeto y el reconocimiento desde uno/a mismo/a y desde los demás hacia uno/a mismo/a. Sólo a partir de la época moderna se universalizó dicho atributo a toda la humanidad (naturalmente en teoría, las prácticas, desafortunadamente, siempre son otra cosa...). Las relaciones que se establecen entre la llamada dignidad intrínseca del ser humano y su reflejo en las prácticas sociales es tan estrecha y dinámica que dudo que se puedan separar o establecer la primera como fuente de la segunda. Más bien es un remolino que se retroalimenta con las creencias y prácticas de la sociedad y que tiene la posibilidad de mutar con la aparición de nuevas formas de existencia humana.Un abrazo,Paco