Los pasados 27 y 28 de octubre se ha celebrado en Valencia el I Congreso Internacional Mujer y Medios de Comunicación (CIMMCO 2008) dedicado al tema de la violencia de genéro.

En el mismo han participado expertos/as como Pilar López Díez (IORTV), José Sanmartín (Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia) o Salvador Alsius (Decano de CC. de la Información de la U. Pompeu Fabra); representantes de asociaciones de periodistas como Fernando Gónzalez Urbaneja (Ex Presidente de la FAPE) o Amparo Bou (Presidenta de la Unió de Periodistes Valencians); representantes del mundo judicial como Vicente Almagro (Presidente de la Audiencia Provincial de Alicante y Miembro del Observatorio de Violencia de Género del CGPJ) o Teresa Gisbert (Fiscal Jefe Provincial de Valencia);  periodistas como Carmen Chaparro (Tele 5), Javier Fernández Arribas (Punto Radio), Salvador Enguix (La Vanguardia) o Pedro Ortiz (Las Provincias), entre otros. La coordinación del mismo ha estado a cargo de Javier Fernández del Moral (Catedrático de Periodismo Especializado en la U. Complutense).

El Congreso (organizado por la Consellería de Bienestar de la Generalitat Valenciana) ha concluido con la aprobación de un documento (“Declaración de Valencia”) que, si bien se suma a la larga lista de documentos sobre violencia de género y medios de comunicación de la última década, lo hace tratando de ser novedoso. Así, en vez de proponer nuevas recomendaciones éticas para un tratamiento correcto de estos contenidos (de los que ya hay muchos documentos, la mayoría accesible en Internet), hace una defensa de la necesidad de periodistas con especialización en esta materia. Esperemos que estas recomendaciones éticas y estas exigencias de especialización vayan impregnando a las nuevas generaciones de periodistas. Reproducimos a continuación la declaración final del Congreso.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y VIOLENCIA DE GÉNERO: “DECLARACIÓN DE VALENCIA”
 
En Valencia, reunidos en un Congreso Internacional periodistas e investigadores de la comunicación, con agentes sociales y representantes de las administraciones, se formula la siguiente declaración institucional, que resume el contenido del informe elaborado tras un amplio debate sobre el tratamiento informativo de la violencia contra las mujeres.
1º.- Los Medios de Comunicación pueden dar un importante paso para que el tratamiento informativo de la violencia contra las mujeres contribuya al cambio radical al que aspira la sociedad, cumpliendo los códigos de buenas prácticas reconocidos por la profesión. Los medios, sin embargo, no deben ser considerados los principales responsables del problema, ni los encargados de encontrar su solución.
2º.- Este tratamiento exige una profunda preparación de la profesión periodística, que incida de forma rigurosa en la función informativa de los medios, sin olvidar su función pedagógica y de referencia, para lo cual deberán recibir una formación específica, con arreglo a los criterios de la especialización y la ética periodísticas. En este sentido apelamos a las facultades de Ciencias de la Información o de la Comunicación para que introduzcan estas materias como obligatorias en los planes de estudio.
3º.- Es necesario que los contenidos actuales prescindan de los elementos orientados al mero espectáculo o a la simple curiosidad, por estar elaborados con bases frívolas, morbosas o sensibleras, con el único fin de captar la atención del público. Se abusa de los testimonios, del trabajo inexperto, a veces sin supervisión, de expresiones poco afortunadas y de una edición basada, en ocasiones, sólo en pautas de búsqueda de audiencia y sin criterio.
4º.- La o el periodista especializado que trata estas materias debe asumir su compromiso con la verdad, con el bien, con la dignidad de las personas y con el rechazo de la violencia contra las mujeres, y debe elaborarlas sin equívocos gestos de neutralidad, asumiendo no sólo su papel transmisor sino también su labor divulgativa, contextualizando, documentando, recurriendo a fuentes expertas, y elaborando un mensaje periodístico que atienda los intereses y necesidades de la sociedad en su conjunto, y ofreciendo información útil de los recursos ya disponibles que deben hacer posible una auténtica cultura de la prevención. Para eso tiene que utilizar todos los recursos que le ofrece su profesión, salvar el anonimato de la víctima, respetar la voluntad de quienes declaran y presentar modelos adecuados para conseguir influencia social positiva, sin necesidad de erigirse en juzgador o juzgadora. Por otra parte, es necesario huir de los estereotipos (el alcohol, las drogas, la enfermedad, el crimen pasional, y otros) al exponer las razones de la violencia contra las mujeres. La razón por la que algunos hombres violentos maltratan a sus compañeras es la creencia errónea de que son superiores a ellas.
5º.- Para hacer viable esta especialización, se debería favorecer la creación de una sección o un bloque informativo habitual que tratara en los medios de comunicación estas temáticas bajo el epígrafe más genérico, por ejemplo, de ‘Asuntos Sociales’, y se deberían atender como prioritarios los aspectos formativos, aprovechando la especialización de los y las periodistas que trabajan en áreas afines. De este modo se facilitaría la edición de este tipo de informaciones en su ubicación adecuada, sin tener que recurrir a la sección de sucesos o a la genérica de sociedad.
6º.- Por su parte, las personas expertas, los agentes sociales implicados y las administraciones competentes deben asumir su responsabilidad como fuentes informativas, profesionalizando la función de comunicación, facilitando el acceso a la información y aplicando políticas de transparencia, para asumir su propia responsabilidad social, del mismo modo que deben hacerlo las empresas informativas.
7º.- Para conseguir un cambio cualitativo, que pueda identificarse con una mejora real en el tratamiento en los medios de la violencia contra la mujer, es absolutamente necesaria una participación activa y coordinada de todas las instancias implicadas, asumiendo cada una su papel y facilitando el de los demás, optimizando los recursos y ofreciendo cauces de apoyo a la formación, la investigación y la autorregulación orientadas a mejorar el tratamiento informativo de esta materia. Así se podrá llegar al objetivo de todas ellas, que no es otro que el de contribuir a la erradicación definitiva de esta lacra social.
1er Congreso Internacional Mujer y Medios de Comunicación - CIMMCO 2008 ‘Violencia contra la mujer: ¿información o espectáculo?’  (Valencia, 27 y 28 de octubre de 2008).
Consellería de Bienestar Social de la Generalidad Valenciana, Fundación Tolerancia Cero y Fundación COSO.

 

Comentarios


Medidas educativas ante la marginación de la mujer

43Martes, 30 Diciembre 2008 12:22
Ainara De La Calle

Medidas educativas ante la marginación de la mujer

Podemos decir que en el momento actual nos encontramos ante un gran reto social o cambio de paradigma en la manera de concebir la sociedad y su funcionamiento. La palabra crisis, definiría el momento cultural, social y económico en el que se encuentran las sociedades avanzadas. Cabe comentar que estamos ante un profundo cambio que afecta a toda la sociedad, pero será necesario trabajar, de una manera especial en favor de la mujer, para liberarla del yugo al que ha estado -y sigue estando- sometida como fruto de la mentalidad patriarcal. 

La familia es una de las más importantes instituciones tradicionales que se conocen a lo largo de la historia, en la que se ha desarrollado una forma jerárquica de entender la función que caracterizaba a cada uno de sus miembros. En las sociedades tradicionales, la mujer –salvo raras excepciones- ha sido sometida a la voluntad del hombre, quien arrogándose prerrogativas culturales, sobre todo religiosas, se ha considerado superior a ella. Este dominio concedido al hombre, ha sido en cierto modo la consecuencia de la violencia ejercida sobre las mujeres, ya que al no tener un estatuto de persona, han sido sometidas a las mayores humillaciones en nombre de unos valores absolutos. 

Un caso de esta arbitrariedad o sometimiento de las mujeres, lo podemos observar en  Grecia,-que a pesar de ser el lugar que dio origen a la democracia o al Gobierno del Pueblo- las mujeres, los niños y los esclavos no tenían derecho alguno en participar de la vida política y social, pues eran considerados como seres de segunda categoría, sin derecho a decidir por sí mismos. Esta falta de reconocimiento y trato peyorativo a las mujeres, se ha mantenido y –en general se sigue manteniendo- en la mayor parte de las sociedades actuales.

Como consecuencia de los cambios introducidos en la sociedad moderna, la labor de transmisión cultural que antes se realizaba en la familia, hoy día está muy influenciada por otros agentes, tales como la televisión. Los Mass Media generan pautas culturales y de comportamiento que van a ser en cierto modo el modelo a seguir por la sociedad en general. Muchas de estas pautas son seguidas de manera mimética por  personas que las asumen sin ningún espíritu crítico. Algunos dirigentes de los medios de información, han sido condicionados por un modelo cultural y educativo que por ser mimético, no ponen en entredicho la discriminación de la mujer, la cual se ve reducida y sometida a las pautas culturales vigentes.Esto no quiere decir que estos medios sean solamente los causantes de la desigualdad de género, ya que es la sociedad en general, la que relega a la mujer a la condición de objeto con respecto al hombre.

Para que haya un trato de igualdad entre géneros, la sociedad tendrá que implementar pautas culturales que faciliten el entendimiento e igualdad entre todos los seres humanos sin discriminación de sexo. 

La educación en general, en todas sus fases tendrá que proporcionar un modelo en el que se enseñe a respetar a la otra persona y se le de un trato como igual. Solamente si al otro le consideramos persona e igual a mí, fomentaremos una manera de ser empática, donde la alteridad se irá desarrollando de manera gradual en el proceso educativo y se conseguirá así una mayor humanización de la persona.

Estas pautas de socialización y alteridad tienen que ser forzosamente desarrolladas desde la más temprana infancia para que este proceso se de cómo un hecho natural, es decir, nadie puede amar si no ha sido educado en un ambiente en el que se favorezca el respeto y la consideración hacia el otro. Podríamos decir que nadie puede amar por decreto ley. Veamos el comentario al respecto del catedrático en antropología y psicología, Luis Cencillo (2001:207), en su libro “Clave para dos milenios” dice así:

“Las pautas no se heredaran por los genes, y si a cada generación no se cuida de darla una educación apropiada sino que se dejan en barbecho los criterios éticos de los niños, su VICS, sus impulsos, pueden resultar tan vivos y anárquicos y mutuamente contradictorios como los del hombre prehistórico. De ahí provienen los homicidios, la violencia y la rapacidad interesada que por todas partes se ve”

Si queremos que el proceso humanizador avance de manera racional, los medios de comunicación tendrán que jugar un papel importante, para que la violencia de género desaparezca de manera definitiva. Así las facultades de periodismo tendrían que experimentar un profundo cambio para poder subsanar la imagen de inferioridad de la mujer, que luego se ve plasmada en cualquier medio de información, es decir, los profesionales de la información deberían recibir una preparación profesional que abarcase no solamente los conocimientos propios de la profesión, sino una educación holística para que, a la hora de desarrollar su labor, no se dejen influir por ningún sesgo ideológico que vaya en contra de su deontología profesional. 

Respecto a la información orientada al mero espectáculo y a la simple curiosidad -elaborada con bases frívolas y morbosas cuyo único fin es captar la atención del público-, creo que debería ser regulada por agentes oficiales con el fin de evitar los abusos que en tantas ocasiones  se ejerce sobre la mujer, la cual en muchas ocasiones, es presentada como un objeto erótico y carente de inteligencia. Si esta imagen de la mujer no desaparece de los medios de comunicación, el resultado será que la misma seguirá siendo considerada como objeto.             

La atribución de la mujer como “descanso del guerrero” debe desaparecer, pues con ella se ejerce un mal pernicioso que no favorece a nadie y la degrada con las consecuencias negativas que a lo largo de la historia hemos visto. Por lo tanto, la función que tiene que ejercer cualquier medio divulgativo, es la de destacar que la mujer es una persona con plenos derechos de igualdad, dignidad y respeto -que merece todo ser humano-.

A pesar de que en un mundo dirigido por el mercado estos planteamientos parezcan utópicos, estoy a favor de la utopía, de la misma manera que lo está el mundialmente conocido sociólogo R. Dahrendorf, al decir que las construcciones utópicas constituyen un importante factor de cambio. 

Mi gran deseo es que la educación sensibilice y favorezca un trato igualitario entre los seres humanos y  la mujer pueda así alcanzar el estatus social de igualdad y respeto que le ha sido negado, de manera injusta, a lo largo de la historia.   

Comentario

Jueves, 01 Enero 2009 16:16
Eli

Estoy completamente de acuerdo con este artículo. Lo único que quería recalcar era la importancia de la educación. La responsabilidad de educar creo que no recae únicamente en los padres y en la escuela. Recae en todos los miembros (personas individuales, colectivos, organizaciones...) de la sociedad, generando modelos, para que el resto los imite y aprenda de ellos.