Por Ana Sevillano y Fanny Ramírez

En este artículo vamos a recopilar primero una panorámica general del autor y más tarde los puntos más importantes que Amartya Sen expresa en los primeros capítulos de su libro Desarrollo y Libertad.

Amartya Sen es un economista bengalí y Premio Nobel de economía en 1998 que ha centrado todos sus trabajos en las hambrunas, la economía del bienestar o teorías de desarrollo humano. Uno de los rasgos principales y definitorios en su obra, bajo nuestro punto de vista, es la fuerte conmoción que debieron causar las hambrunas de Bengala en un niño de 10 años como era entonces Sen.

El autor ha sido profesor de varias universidades, entre ellas Oxford, Cambridge o Harvard donde actualmente imparte su docencia. Su obra más reconocida es “Pobreza y Hambruna” donde afirma que el hambre no es consecuencia de la falta de alimentos, sino de las desigualdades en sus mecanismos de distribución.

Además de su definitiva influencia en la formulación del índice de desarrollo humano (IDH) de las Naciones Unidas, su aportación más revolucionaria es el desarrollo del concepto de capacidad. Para Sen capacidad son las oportunidades reales de una persona de ser o hacer algo. Con esta definición Sen iguala capacidad a otros términos como opciones, oportunidades y libertades. Así como Marta Nussbaum si se refiere a capacidades específicas como dimensiones importantes de la vida, en Sen no son específicas.

Para él, el desarrollo es un proceso de expansión de libertades reales de las que disfruta el individuo. Estas libertades dependen de otros factores como las instituciones sociales, económicas, derechos políticos y humanos. Este desarrollo exige la eliminación de las principales fuentes de privación de libertad como la pobreza y la escasez de oportunidades económicas y sociales. Las libertades fundamentales (políticas, educación y asistencia sanitaria) se encuentran entre los componentes constitutivos del desarrollo y son un indicador fundamental del desarrollo de un país a través de las razones de evaluación y eficacia, ya que el éxito y el desarrollo de una sociedad se dan en función de las libertades de sus miembros.

Existen cinco tipos de libertades muy importantes que debemos identificar, como son las libertades políticas, los servicios económicos, las oportunidades sociales, las garantías de transparencia y de seguridad protectora. Estas cinco libertades deberían estar cubiertas para el total de la población.

Quizá uno de los temas más reiterativos que señala Sen en estos primeros capítulos es el desarrollo independiente que llevan los indicadores económicos y otros factores importantes dentro de un país. En numerosas ocasiones la posesión de riqueza y una economía estable no asegura la consecución del bienestar al 100%. El propio Aristóteles afirmaba que “la riqueza no es el bien que buscamos, es un instrumento para conseguir otro fin”. Lo que se busca es la capacidad para vivir mucho y bien, y no para vivir una vida de miseria y privación de libertad. Es cierto que por norma renta y riqueza son medios de uso para tener más libertad con la que poder llevar a cabo el tipo de vida que queremos, pero el desarrollo tiene que ocuparse más de mejorar la vida que llevamos y las oportunidades que disfrutamos. Para entender la pobreza de las vidas humanas tendríamos que centrarnos más en la carencia de capacidades y no tanto en su renta. El mejor ejemplo para entender esto lo podemos encontrar en el caso de los parados en los países desarrollados. El estado en estas situaciones se encarga de cubrir gran parte de las necesidades económicas a través del Sistema de Seguridad Social, pero poco puede hacer con la situación de exclusión social, pérdida de confianza en uno mismo o la salud mental y física de las personas que han perdido su empleo.

Por otra parte, la relación entre mortalidad y renta no es proporcional, el grado de privación que padecen algunos grupos en los países muy ricos es comparable al que padecen en el llamado Tercer Mundo y para eso Sen utiliza el ejemplo de los afroamericanos que viven en EEUU. Estas personas sufren dos tipos de privaciones, relativa y absoluta. Relativa en el sentido de que la renta per cápita de los afroamericanos con respecto a los blancos en América es cuanto menos bochornosa y por otro lado es absoluta porque el índice de mortalidad de estas personas respecto a otros ciudadanos de China o Kerala es superior. En EEUU, los afroamericanos no tienen más probabilidades de llegar a una edad avanzada que las personas nacidas en economías inmensamente más pobres.

La libertad es la base fundamental para eliminar estas desigualdades tan escandalosas. A los esclavos de América (antes de su abolición) poco les importaba tener un buen sueldo, incluso superior al de los trabajadores agrarios, no eran libres y sólo pensaban en escapar.

Volviendo al tema del desarrollo, según Sen, tiene que entenderse como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan los individuos y por este motivo la libertad debe ser considerada como el fin primordial (papel constitutivo de la libertad) y el medio principal de desarrollo (papel instrumental de la libertad).

El papel constitutivo de la libertad está relacionado con la importancia que las libertades fundamentales tienen para el enriquecimiento de la vida humana, tal y como explicaba antes con los términos de evaluación y eficacia en el desarrollo de una sociedad por medio de la libertad.

El papel instrumental de la libertad se refiere a la forma en que contribuyen los diferentes tipos de derecho y oportunidades a expandir la libertad del hombre en general y por lo tanto a fomentar el desarrollo.

La eficacia de la libertad como instrumento reside en el hecho de que los diferentes tipos de libertad están interrelacionados y un tipo de libertad puede contribuir a aumentar otros. Por ejemplo, el aumento del crecimiento económico tiene que juzgarse no sólo en función del aumento de la renta privada sino en función de la expansión de los servicios sociales. Lo esencial es que la influencia del crecimiento económico depende de cómo se utilicen los frutos de este crecimiento a través del gasto público por ejemplo en asistencia sanitaria o educación para lograr el bienestar de los ciudadanos.