Italia es un país construido a base de escándalos. En ese sentido Calciopoli no ha sido tan distinto de otros anteriores. Dominado por tramas familiares y maquinaciones, el modelo se vio favorecido por unos clubes de fútbol que actuaron como medios políticos, una prensa con la pluma en forma de arma siempre afilada, unos vínculos amistosos indisolubles y unas federaciones deportivas diseñadas como fortines inexpugnables para sobrevivir a toda costa con la connivencia de instituciones,...